Manuel Curros Enríquez

Poeta y periodista en Cuba
Manuel Curros Enríquez

Lonxe dela de pé sobre a popa dun leve e negreiro vapor
emigrado camiño de América
vai o probe e infeliz amador

Curros es, sin duda, una de las figuras más destacadas de la emigración gallega. Si bien es cierto que sus principales contribuciones literarias ya habían sido publicadas antes de emigrar, Curros desarrolló en La Habana una intensa actividad periodística, siempre teniendo a Galicia como centro de atención.

Manuel Curros Enríquez nació en Celanova el 14 de septiembre de 1851. Se instaló en Madrid a fines de 1866, donde se hizo bachiller y comenzó la carrera de Derecho, al tiempo que se implicaba en la vida política y colaboraba en la prensa. Durante la última guerra carlista fue corresponsal del diario madrileño El Imparcial. Por otra parte, sus experiencias en este conflicto bélico quedarían reflejadas en el libro Cartas del Norte. En 1880 publicó Aires d'a miña terra, libro de poemas, que conseguiría pronto un enorme éxito. Este poemario también le traería problemas al autor, al ser denunciado por el obispo de Ourense. En 1888 dio a la imprenta O divino sainete, obra donde nuevamente la Iglesia volvió a ser blanco de sus críticas. Las persecuciones políticas debieron jugar un importante papel en la decisión de Curros de seguir el camino de la emigración.

En febrero de 1894 embarca en A Coruña en el vapor Reina María Cristina con destino a Cuba. Al llegar a La Habana, el 5 de marzo, fue homenajeado por la sociedad "Aires d´a miña terra", entidad mutualista de la que Curros ya era presidente de honor. Comenzó a colaborar con el diario El País, órgano del partido autonomista cubano. A partir de abril de 1894 Curros dirige el semanario bilingüe La Tierra Gallega. Casi al mismo tiempo también fundaría otro periódico: Diario de la Familia.

Para la fundación de La Tierra Gallega se constituye una sociedad, creada el 24 de marzo de 1894, bajo la dirección de Curros Enríquez. Esta sociedad quedaría disuelta a finales de julio de 1894, cuando todos los partícipes cedieron a Curros sus vales. A su vez el poeta hizo cesión de estos vales a la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia. Esta publicación contaría con la colaboración de importantes plumas: Aureliano J. Peral, Aurelio Ribalta, Federico Maciñeira, etc. La lengua gallega está representada por la poesía de Francisco Añón, Rosalía de Castro, Alberto Camino, Ramón Armada Teixeiro, entre otros. En la sección "Las cuatro hermanas", aparecían noticias sobre la actualidad gallega. La información también se extiende a la actividad de las sociedades gallegas en Cuba, en particular a Sociedad de Beneficencia Naturales de Galicia y el Centro Gallego.

Cuando en febrero de 1895 explosiona la Guerra de Independencia, Curros, a través de las páginas de La Tierra Gallega se muestra contrario a la lucha de los independentistas cubanos. Curros era un decidido valedor de la autonomía de Cuba. Al mismo tiempo criticaba la voracidad de los norteamericanos y los errores de la Metrópoli. En la edición del 18 de octubre de 1896 Curros en un artículo titulado "Responsabilidad ministerial" criticó la botadura del crucero Princesa de Asturias en un astillero inadecuado. La crítica no cayó bien en la Capitanía General, que multó al semanario. La multa fue protestada desde las páginas de La Tierra Gallega, lo que sólo sirvió para que se le impusiera otra de mayor cuantía económica. Este hecho motivó que La Tierra Gallega dejara de publicarse. El semanario dirigido por Curros mantuvo también intensas polémicas con El Eco de Galicia a su vez dirigido por Waldo Álvarez Insua. Sin duda, en este enfrentamiento influían las diferencias ideológicas y políticas que mantuvieron ambos personajes. Del mismo modo, Curros tuvo también unas difíciles relaciones con Antonio P. de Cea, director del semanario Follas Novas.

En 1904 Curros volvió temporalmente a Galicia. A su llegada a A Coruña fue objeto de un importante homenaje. Luego de regresar a Cuba, en 1905 Curros fue elegido como presidente de la comisión gestora de la Asociación Iniciadora y Protector de la Academia Gallega. Ya en 1894 las páginas de La Tierra Gallega recogían un primer intento de formación de la Academia Gallega.

El poeta tuvo una difíciles relaciones con las autoridades del Centro Gallego de La Habana, que se reflejaron en el poema "A Espiña" (11/01/1903). Su apoyo decidido a las obras de la casa de salud La Benéfica y a las ayudas que el Centro concedía a Manuel Murguía para la publicación de la Historia de Galicia fueron algunos de los motivos de esas complicadas relaciones. En el primer caso, Curros criticó las posturas de los médicos Serafín Sabucedo y Juan Manuel Espada que dirigían clínicas privadas y se oponían a los trabajos de ampliación de La Benéfica, ambos médicos recibieron el apoyo de Waldo Álvarez Insua desde las páginas de El Eco de Galicia. Por otra parte, en 1895 Álvarez Insua impulsó desde las páginas de su semanario la candidatura de Juan José Domínguez para la presidencia del Centro Gallego, lo que motivó las críticas de Curros desde las columnas de La Tierra Gallega. Críticas que se reprodujeron cuando Sabucedo y Espada pretendieron ganar plazas de médico (aunque gratuitas) en la casa de salud La Benéfica. En el segundo caso, Curros criticó la decisión del Centro Gallego de suspender en 1895 la ayuda económica que venía prestando a Manuel Murguía. Cuando en 1905 el Centro somete a discusión la continuación de esta ayuda, Curros vuelve a participar intensamente en los debates reclamando la subvención.

Curros trabajó durante muchos años en el Diario de la Marina, donde fue desde corrector de pruebas hasta miembro de su redacción. Las desavenencias con el Centro Gallego llevaron a que Curros, durante su enfermedad, ingresara en la Casa de salud Covadonga, perteneciente al Centro Asturiano. Sería precisamente en esta residencia donde el 7 de marzo de 1908 fallecería el poeta. La capilla ardiente fue instalada en la sede del Diario de la Marina. El día 20 de marzo sus restos partían con dirección a A Coruña.

Bibliografía: 

VV.AA.: LA TIERRA GALLEGA, nº 28, 29/07/1894, p. 1

NEIRA VILAS, XOSé: A prensa galega de Cuba, Sada: Ediciós do Castro, 1985, p. 83

NEIRA VILAS, XOSé: Memoria da emigración III, Sada: Ediciós do Castro, 1996, p. 225

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Un artículo de Curros Enriquez44.7 KB
El poema "A espiña"48.39 KB

Fotografías

  • Busto de Curros Enríquez
  • Retrato de Curros Enríquez
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