El Parlamento de Galicia aprueba la Ley de Galleguidad, nacida del consenso con las comunidades gallegas en el exterior

La nueva normativa añadió en su debate parlamentario la regulación de la condición de persona emigrante retornada.

El nuevo texto legislativo preserva el patrimonio de las Comunidades Gallegas en el Exterior, da apoyo a la mujer y a la juventud, y consolida las prestaciones socioasistenciales a la diáspora.

El texto legislativo -que sustituye al de 1983, pionero en su momento en la legislación nacional- fomenta la unión entre entidades para la mejora de los servicios que prestan las entidades y la eficiencia en la inversión de los recursos.

Al mismo tiempo, reconoce la necesidad de aprovechar las comunidades en el exterior para ayudar a la proyección económica de Galicia.

Foto de archivo de la apertura del X Pleno do Consello de Comunidades Galegas, celebrado en Santiago el pasado verano
Foto de archivo de la apertura del X Pleno do Consello de Comunidades Galegas, celebrado en Santiago el pasado verano
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Santiago de Compostela, 11 de junio de 2013.

El Parlamento de Galicia acaba de aprobar en su plenario de hoy la nueva Ley de Galleguidad, que sustituiría a la vigente desde 1983 y que fue pionera en su materia en toda España, y cuyo proyecto nació del amplísimo consenso emanado de la última reunión del Consello de Comunidades Galegas, que tuvo lugar el pasado verano en Compostela.

Durante su debate en el hemiciclo autonómico, el grupo mayoritario aceptó la transacción de más de medio centenar de enmiendas, redactadas en el texto definitivo. Entre las mejoras introducidas en el trámite parlamentario, cabe reseñar el añadido de la regulación de la figura de la persona retornada, a iniciativa del Grupo Parlamentario Popular.

Así, el texto aclara con exactitud a quien puede acogerse a esta denominación, hasta ahora sin definición legal concreta, y asimila en derechos cónyuges y descendientes en primer orden, siempre y cuando se reúnan los requisitos establecidos en la propia Ley.

Entre los ejes de la nueva Ley, cabe destacar la incorporación a su articulado de la importancia de las comunidades gallegas en el exterior como ayuda a la proyección económica de Galicia. También hay que reseñar, como otro de los aspectos clave del nuevo texto legal, la preservación del patrimonio material e inmaterial de las entidades gallegas.

Unión y mejora
Se hace hincapié al mismo tiempo en la conveniente unión de los centros de la diáspora, para poder seguir garantizando sus prestaciones, sobre todo las socioasistenciales, que son las más relevantes para los gallegos y las gallegas de la diáspora, y también para las entidades gallegas en el exterior. En este senso, el fomento de la unión entre entidades, que recoge el texto, persigue la mejora de los servicios que prestan las entidades y la eficiencia en la inversión de los recursos.

El texto refleja y fomenta el papel histórico y de presente de las mujeres en la Emigración gallega, y la necesidad de su participación plena en el ámbito de la Galleguidad. Igualmente, hace un reconocimiento a las y los jóvenes, garantes de la permanencia de la llama de la galleguidad en muchos lugares del planeta, y necesarios y necesarias para la renovación generacional.

Se plasman además en el proyecto las nuevas posibilidades de relación que abren las nuevas tecnologías entre la Xunta y sus administrados y administradas, vivan estos y estas donde vivan, y en ese aspecto se estipula la necesidad de profundizar en esa vía para fortalecer la relación entre las muchas Comunidades Gallegas del Exterior y la Galicia territorial.

Más del 15% de los gallegos y las gallegas
Según los datos del INE, cerca de 450.000 personas gallegas viven fuera de la Galicia territorial, extendidas por los cinco continentes, sin contar con los y las residentes en otras Comunidades Autónomas españolas. A la sazón, la nueva Ley atañe a más del 15 por ciento del total de ciudadanas gallegas y ciudadanos gallegos, que residen fuera de España.

De esta amplia diáspora, el 93 por ciento se concentra en once países, siete americanos (Argentina, Venezuela, Brasil, Uruguay, Cuba, Estados Unidos y Méjico) y cuatro europeos (Suiza, Francia, Alemania, y Reino Unido). Estadísticamente hablando, hay que reseñar que cerca de la tercera parte de la diáspora gallega reside en la ciudad autónoma argentina, y provincia, de Buenos Aires.

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