En el Souto da Retorta (parroquia de Chavín, en Viveiro), lugar declarado Monumento Nacional en febrero de 2000, se encuentran los eucaliptos más altos y más viejos de toda Europa, aproximadamente unos 600 a orillas del río Landro. Pertenecen a la variedad conocida como eucalipto blanco y algunos ejemplares llegan a los ochenta metros de altura. Uno de ellos, conocido como “O Avó”, tiene un perímetro de 10,5 metros. Fueron plantados, según recoge el ingeniero Ignacio Sánchez de testimonios de los que fueron los herederos de la finca, entre los años 1884 y 1912. Cinco de los árboles de Chavín pertenecen a la primera plantación, y la mayor parte corresponden a una segunda y tercera repoblación hecha por el propietario Xosé Barro entre 1895 y 1912 respectivamente.

El lugar es estratégico, pues se ubica en una zona de excepcional producción forestal: situada a menos de tres kilómetros del mar en línea recta, baja altitud (menos de cien metros), en un valle estrecho rodeado de cumbres de más de 600 metros, protegido de las heladas y de las altas precipitaciones. Todo esto hizo crecer los árboles como en ningún otro sitio. Además del propio eucaliptal en la finca se dan paradójicamente un buen número de especies autóctonas, un verdadero bosque de castaños, robles, alisos, abedules... que quieren contradecir la teoría de que estos enormes árboles de las antípodas impiden que crezca en el lugar cualquier otra especie.

(El capítulo completo y más singularidades de Galicia, en el libro Galicia en cen prodixios, de Henrique Alvarellos (Edicións Xerais, 2004))