Este espacio de la ciudad fundada en tiempos de Augusto quizás ya acogió el anfiteatro; en tiempos medievales siguió siendo el centro de la vida cotidiana, comercial e institucional, pero para encontrar el origen de su actual configuración tendremos que esperar al XIX, el siglo de las revoluciones liberales y la Desamortización que también llegará a la vetusta ciudad de la muralla.

Hoy este corazón en el que late la dinámica social y administrativa de la capital provincial está formado por una amalgama de edificaciones y estilos constructivos, mezcla de un convento hoy colegio, del palacio consistorial, el jardín, las casas con soportales y de otras edificaciones civiles e incluso monumentos escultóricos dedicados a escritores y escritoras señeros de nuestra literatura, heterogéneos componentes de este espacio de tertulia, juegos y paseo.