Llegan a Galicia los chicos y chicas de la diáspora participantes en el segundo turno de los campamentos de verano de la Xunta

En la convocatoria de este año, se van a beneficiar más de 300 hijos, hijas, nietos y nietas de emigrantes gallegos y gallegas residentes en el exterior.

Estarán 12 días en las instalaciones oficiales, pero después pueden quedar hasta un mes más a cargo de sus familiares.

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18 de julio de 2011.

Los y las participantes en el segundo turno de los “Campamentos de Verano 2011” de la Xunta de Galicia procedentes de la diáspora aterrizaron ayer en el aeropuerto compostelano de Lavacolla. En este turno, correspondiente a la segunda quincena de julio, participan 224 jóvenes.

Los y las 93 más madrugadores (con origen en Argentina, Uruguay y Chile) lo hacían a la una del mediodía. De los y las restantes, 61 (procedentes de Venezuela, Brasil y Perú)llegaban a las cinco de la tarde. Otros y otras 66 residentes en la Argentina, y 2 cubanos, tocaban suelo compostelano a las ocho menos veinte de la tarde. Y finalmente, 1 procedente de Francia lo hacía a las cuatro y promedio, y lo otro desde Barcelona a las tres menos veinte.

Estas 224 plazas, y las restantes hasta un número superior a las 300 en este verano, corresponden a las reservadas a hijos, hijas y nietos y nietas de emigrantes gallegos y gallegas en el exterior en los Campamentos de Verano. La Secretaría Xeral se encarga de la convocatoria, selección de beneficiarios y beneficiarias y financiación del viaje, así como de los traslados de regreso del albergue hasta el aeropuerto para los destinatarios y destinatarias del programa. Con Emigración colabora la Dirección Xeral de Xuventude de la Consellería de Traballo e Benestar Social, que se hace cargo de la programación de las actividades, traslado del aeropuerto al albergue, y del alojamiento y manutención.

Se trata de un número de plazas reservado al colectivo de la diáspora, con el objetivo de suministrar los enlaces que relacionan a estos chicas y chicos con la tierra de sus familiares y que, en muchas ocasiones, sienten cómo propia por encima de los países donde hayan nacido. La iniciativa, para muchos de ellos y de ellas, supone la primera posibilidad de conocer físicamente la tierra de sus ancestros, y las generaciones de su familia que quedaron en la Galicia territorial.

Enriquecimiento mutuo
Según atesora la experiencia, en estos Campamentos de Verano, los hijos, hijas, nietos y nietas en la diáspora comparten con los otros jóvenes gallegos y gallegas unos días de experiencias e intercambio que suponen un importante enriquecimiento mutuo, especialmente en el caso de los residentes habituales en países de América Latina, que son el 99 por ciento de los beneficiarios y beneficiarias.

Los y las jóvenes tienen entre 14 y 20 años, y estarán un total de 12 días en varias instalaciones dependientes de la Xunta. Después de su estadía en estas instituciones, y siempre que sus familiares se hagan cargo de ellos o ellas, pueden quedar aún en Galicia por período máximo de 30 días.

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