Rodríguez Miranda realizó una entrañable visita a la Escuela Galicia de Montevideo

Entregó diverso material didáctico y equipamiento deportivo donado por la Administración gallega.

  • Rodríguez Miranda con alumnos de la Escuela Galicia de Montevideo.
    Rodríguez Miranda con alumnos de la Escuela Galicia de Montevideo.
  • Una alumna le entregó un regalo al secretario xeral.
    Una alumna le entregó un regalo al secretario xeral.
  • Junto al cartel de piedra donado por la Xunta.
    Junto al cartel de piedra donado por la Xunta.
  • Danzas gallegas de los alumnos de la Escuela.
    Danzas gallegas de los alumnos de la Escuela.
  • El secretario da Emigración hizo entrega de diverso equipamiento deportivo.
    El secretario da Emigración hizo entrega de diverso equipamiento deportivo.
  • La directora del centro educativo, Blanca Frugone, se dirige a las autoridades.
    La directora del centro educativo, Blanca Frugone, se dirige a las autoridades.
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Montevideo, 10 de septiembre de 2014.

A partir de ahora el centro educativo contará con un cartel con su nombre realizado en piedra a la manera tradicional por canteros de la provincia de Pontevedra. Miranda destacó que Galicia nunca olvidará lo que Uruguay hizo por sus emigrantes ni a sus descdendientes.

Los canteros pontevedreses dejaron también su pegada en la Escuela Galicia de Montevideo, que había sido fundada por emigrantes gallegos el siglo pasado, y a partir del martes 9 de septiembre con la visita del secretario xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, su nombre tallado en piedra delatará el edificio que la alberga en la zona residencial del Prado.

La lluvia arreciaba en la capital uruguaya pero en la Escuela Galicia ubicada en la residencial zona del Prado de Montevideo, el aroma a la tierra de Breogán impregnaba a todos los que allí se reunían. Es que afuera en el jardín, dos grandes piedras de 200 kilos de peso escondían una sorpresa debajo de las banderas uruguaya y gallega.

Cuando arribó el secretario xeral da Emigración a la escuela, la maestra directora Blanca Frugone junto al Consejero de Empleo y Seguridad Social, Andrés González, y el presidente del Centro Gallego de Montevideo, Jorge Torres, descubrieron el nombre de la escuela tallado en las piedras por los canteros pontevedreses.

De inmediato, las autoridades y directivos de la colectividad gallega y española, se refugiaron junto a todos los niños de la escuela y varios padres que les aguardaban en el salón comedor del centro de estudios. La Escuela Galicia se trata de un centro educativo de horario extendido donde muchos de sus alumnos es en el único lugar donde reciben comida caliente.

Sin embargo, hoy al mediodía estaban todos prolijamente vestidos, con sus túnicas blancas y su moña azul, tal como la diseñara a fines del siglo XIX un nieto de gallegos, José Pedro Varela, el que puso a los maestros y maestras debajo de las tarimas para que estuvieran a las altura de los alumnos, y que construyó una sociedad con escuelas laicas, gratuitas y obligatorias, hecho que aún hoy se sostiene como uno de los valores fundamentales del Uruguay republicano.

Al secretario xeral le acompañaban, además de los nombrados, el diputado del Frente Amplio Jorge Zas, directivos de varias instituciones gallegas y la presidenta de la Federación de Instituciones Españolas, Rosita Lladó.

La primera sorpresa de los visitantes se la llevaron cuando ingresaron los pabellones, y hasta varias lágrimas corrieron en los emigrantes y autoridades presentes, cuando todos los alumnos de la escuela cantaron el himno gallego.

Asimismo, un grupo de alumnos de todos los años, vestidos con ropa tradicional gallega pero hecha en tela plástica de reducido coste, bailaron varios temas tradicionales dirigidos por las profesoras Florencia Maya y Victoria Amestoy. Luego fuer otro grupo que recitó varios poemas de Rosalía de Castro para deleite de los asistentes.

El secretario xeral tras el discurso de bienvenida de la directora Frugone, se dirigió al auditorio y pidió permiso a los adultos para hablarle solo a los “más importantes”, “estos niños que hoy nos rodean”, a quienes les dio las “gracias por haberse tomado la molestia de aprender ese nuestro himno de Galicia, eso que nos representa como pueblo y que todos los gallegos llevamos en el corazón”.

Miranda confesó sentirse muy identificado con el personaje creado por Neira Vilas y leyó: “eu son Balbino, un rapaz de aldea, como quen diz un ninguén e ademais pobre”, explicando que “así comienza el libro 'Las memorias de un neno labrego', publicado algo más de medio siglo y precisamente en esta orilla de este Río de la Plata que nos acompaña”.

Afirmó que “seguro que Balbino también representa a las y los emigrantes gallegos, le encantaría estar con nosotros aquí en esta tierra uruguaya a la que tan unidos nos sentimos todos los gallegos y en la que tantas veces a lo largo de nuestra historia, hemos encontrado refugio, cariño y futuro” confesó.

Se ”imaginó a Balbino jugando y correteando por la Escuela Galicia de Montevideo con alguno de los equipos deportivos que les hemos traído”, aseguró. Miranda supo concentrar a los escolares con relatos también del libro de Manuel Losa recordando su infancia compostelana.

Enfatizó el orgullo que tienen que sentir quienes en esta escuela cursen estudios porque “lleva el nombre de un pueblo universal que trasciende aquel pequeño territorio del noroeste de España y podemos decir que se extiende por el mundo, por eso nosotros lo llamamos la Galicia universal”.

Asimismo aseguró que “Galicia no olvida lo que Montevideo y toda la República Oriental del Uruguay ha hecho por ella. Y que para todos los gallegos de bien es un orgullo que vuestra escuela lleve su nombre”, sentenciando finalmente que “Galicia nunca olvida a sus 'balbinos' que hoy están entre vosotros ni lo hará jamás”.

Por su parte, el embajador Roberto Varela también dialogó con los alumnos de la Escuela Galicia y les invitó a visitar la Embajada y su residencia, para “ver que es lo que hace un embajador”.

Luego llegó el momento del reparto del material didáctico que donó la Xunta de Galicia así como del equipamiento deportivo, recibiendo también de parte de tres alumnos unos regalos para los visitantes.

Fuente: Galicia Exterior

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