Artículo del presidente de la Xunta con motivo del Día de Galicia

Mil primaveras más para Galicia.

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25 de julio de 2015.

Pasaron ya treinta y cuatro años desde que fuera colocado en el cementerio de Mondoñedo ese hermoso epitafio que acompaña para siempre a Álvaro Cunqueiro. 'Aquí yace alguien que con su obra hizo que Galicia durara mil primaveras más'. Nadie duda de que el autor de Merlín e familia es uno de los artífices de que nuestra tierra sea perdurable. De su mano, Galicia se prolongó en las leyendas, en los mitos, en la fantasía, encarnándose en seres que componen una población que vive en la imaginación de las y los lectores. Son por lo tanto treinta y cuatro primaveras más las que nuestro país ha disfrutado, gracias al legado cunqueirán.

Entiendo, por tanto, que ese pensamiento inscrito en el mármol también sería apropiado para muchas y muchos gallegos anónimos que, sin ser escritores como don Álvaro, contribuyeron a que Galicia siguiera presente en el tiempo. No importa a qué se habían dedicado ni cuál fuese su manera de entender el mundo. Sin hablarse nunca, sin conocerse, esos gallegos y gallegas experimentaron el mismo impulso y sintieron que, más allá de sus vivencias personales, había otra colectiva en la que debían colaborar.

Esa fuerza común la expresa muy bien otro creador, Salvador García Bodaño, cuando define Galicia como 'esto que va en nosotros y que nos lleva'. No se puede explicar la constancia del hecho gallego a través de la historia sin esa energía que hace de cada habitante de esta tierra un corazón que nutre de esperanza todo el país. Basta con repasar esa historia para constatar que muchos pueblos como el nuestro desfallecieron víctimas de su agotamiento vital. El nuestro está en pie, dispuesto a afrontar los retos que el mundo nos propone.

Delante de esas encrucijadas que constantemente se nos presentan, Galicia ha respondido siempre con la fortaleza de los árboles provistos de hondas raíces y con la flexibilidad precisa para balancearse. Nuestro país se adapta a los nuevos tiempos sin perder ese contacto con la tierra que le proporciona identidad. He ahí la característica que más admiran quién nos visita. Ni somos esa comunidad que quedó anclada en la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor, ni tampoco aquella otra que borra los vestigios de lo que fue antaño.

Mas allá de concretas gestiones gubernamentales, es esa facultad para ser fieles a nuestra tierra y a nuestro tiempo, la que hizo posible las primaveras anunciadas en la tumba de Cunqueiro. Primaveras que a veces llegaron después de otoños e inviernos duros en los que se puso a prueba nuestra capacidad de resistencia. Pero incluso en esos momentos aciagos nunca se quebró la unidad esencial del país. Una inmensa mayoría de gallegas y gallegos comprendió que seguía vigente la advertencia de Curros Enríquez: 'quien a la discordia se entrega, va derecho hacia la muerte'.

Álvaro Cunqueiro fallecía en 1981, en el mismo año en que se celebraron las primeras elecciones autonómicas. La Galicia que había sobrevivido en la imaginación de tantos creadores y creadoras tomaba cuerpo en instituciones que la equiparaban a las democracias del mundo. Esos gallegos y gallegas que, sin conocerse, habían trabajado muchas veces en silencio en pro de las mil primaveras se encontraron en el Parlamento, compartieron problemas y debatieron juntas y juntos las soluciones. El autogobierno será desde entonces un factor añadido para lograr que Galicia perdure.

El 25 de julio es uno alto en el camino para reflexionar sobre lo que somos. Todos los gallegos y gallegas guardamos entre las mejores memorias aquellas fiestas del patrono en las que la gente se reunía, volvían las y los de fuera, se disipaban enemistades, se contaban historias del pasado y se hacían proyectos de futuro. Ese día se hacía más visible la comunidad. El Día de Galicia representa el mismo espíritu. Galicia se hace más visible a sí misma y al mundo entero.

Aunque quedan muchas primaveras por agotar, queremos otras mil más y deseamos que las gallegas y los gallegos que celebren nuestra fiesta grande en el día de mañana digan que sus antepasadas y antepasados del 2015 cumplieron con su deber. Que así sea.

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