El primer monasterio cisterciense de la península

Sobrado dos Monxes se fundó con esta orden religiosa en febrero de 1142.
El primer monasterio cisterciense de la península

El primer monasterio cisterciense de la península se fundó en Galicia en Santa María de Sobrado dos Monxes (A Coruña) en 1142. Unos años más tarde encontramos a Regra también en Oseira, pero no antes, contra la creencia tradicional de que fue este cenobio el primer cisterciense de Galicia. La abadía de Sobrado ya existía desde mediados del siglo X pero no había en ella vida monástica en el momento de su donación al Císter. Carlos Valle Pérez, especialista en la reforma religiosa que surgió a finales del siglo XI en la abadía benedictina de Cîteaux, afirma que “ésta era la orden de referencia en el occidente europeo en esos momentos, por lo que los Condes de Traba, propietarios del monasterio de Sobrado, se lo entregan a estos religiosos para fundar allí su primera comunidad de la Península Ibérica, hecho que se produce el 14 de febrero de 1142. Éste es uno de los contados monasterios peninsulares de los que poseemos carta de fundación. El Monasterio de Oseira se afiliaría al Císter entre los años 1148 y 1151”.

Los primeros monjes llegados a Sobrado (una docena) procedían de Clairvaux y habían sido enviados por San Bernardo. En el 2004 son unos veinticinco los que integran la comunidad, con una edad media de unos 47 años.

(El capítulo completo y más singularidades de Galicia, en el libro Galicia en cen prodixios, de Henrique Alvarellos (Edicións Xerais, 2004))

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