La vida de Juan R. Álvarez estuvo dedicada a la emigración. Primero en Madrid y más tarde en La Habana trabajó y prosperó sin por eso olvidar nunca su tierra natal: O Valadouro. Nos acercamos, en breves líneas, a su recorrido vital.

Juan R. Álvarez nació en la parroquia de Santo Tomé de Recaré (O Valadouro) el 9 de enero de 1880. Hijo de labriegos acomodados, en la Preceptoría de Ferreira do Valadouro estudió Latín y Humanidades durante tres años. En 1893 ingresó en el Seminario Conciliar de Santa Catalina de Mondoñedo para seguir estudios eclesiásticos.

No obstante, nuestro protagonista no llegó a concluir la carrera sacerdotal. Así, marchó a Madrid para dedicarse al comercio, ocupación que desarrollaría el resto de su vida. Comenzó a trabajar en una joyería de la Carrera de San Jerónimo, negocio del que llegaría a ser socio. En la capital de España comenzaría su actividad societaria, pues fue miembro del Centro Gallego de Madrid. Mientras, Juan R. Álvarez no olvidaba O Valadouro. En efecto, en Ferreira fue cofundador del diario "El Valle de Oro", medio a través del cual denunció a las personas que se enriquecían con el tráfico migratorio.

En 1906 se trasladó a Cuba, perteneciendo desde ese mismo año al Centro Gallego de La Habana. En la primera institución mutual de los gallegos de Cuba Juan R. Álvarez desempeñó los principales puestos. Así, ocupó los cargos de vocal de la sección de instrucción y de la sección de recreo y adorno; por otra parte, fue vicepresidente de la sección de sanidad. Ocupó el cargo de secretario de la junta directiva durante el bienio 1912-1914. En 1915 ocupó un puesto de secretario en la primera mesa de la Asamblea de Apoderados del Centro Gallego. En 1917 fue elegido como vicepresidente de la comisión ejecutiva del Centro Gallego.

Estuvo entre los fundadores de la Sociedad de Instrucción El Valle de Oro, entidad de la que ocupó el cargo de vicesecretario de la primera junta directiva. En 1915 fue elegido séptimo presidente de "El Valle de Oro". Esta entidad microterritorial, creada en octubre de 1907, tenía por objetivo fundamental el fomento de la instrucción en las parroquias de los ayuntamientos del Valadouro y Alfoz.

Profesionalmente en Cuba se dedicaba al comercio, siendo importador, entre otros productos, de los relojes Lohengrin. Antes de estabelecerse por su cuenta, formaba parte de la razón social Santos y Álvarez. Tenía su negocio en Muralla 117.

Juan R. Álvarez perteneció también a otras entidades. Así, fue secretario fundador del Comité Representativo de las Sociedades Gallegas de Instrucción, entidad, que pretendía agrupar a las sociedades microterritoriales de La Habana. Miembro de la Asociación Iniciadora y Protectora de la Real Academia Gallega y de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia.

En 1922 fue elegido como consejero de la Caja de Ahorros y Banco Gallego del Centro Gallego de La Habana. Fue elegido como consiliario de la directiva de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia para el periodo de 1924/1925, repitiendo en este cargo en años posteriores.

Juan R. Álvarez falleció en La Habana en marzo de 1932.